ESTRÉS Y COMIDA

Cuantas veces comemos sin hambre y en ocasiones sin control. El estrés  está relacionado con esta conducta.

El estrés provoca aumento de los niveles de cortisol, (hormona del estrés), que a pesar de ser beneficiosa en el cuerpo,en niveles muy altos causa problemas en el organismo. Por ejemplo, puede crear deseos o antojos de alimentos dulces y salados. Seguramente este mecanismo fue muy útil evolutivamente  para el ser humano, pero en la actualidad es una de las principales razones del exceso de peso en la sociedad occidental.

Cuando estamos estresados buscamos apoyo social, cuando nos reunimos solemos hacerlo comiendo copiosamente. A corto plazo, nos sentimos mejor y aliviamos el estrés.

Nos convertimos en oralmente inquietos cuando estamos ansiosos, por ello nos mordemos las uñas o rechinamos los dientes, y otras veces nos conduce a comer sin hambre, como consecuencia del nerviosismo o el aburrimiento.

En la infancia , nos recompensaban con dulces, helados, comida favorita….Tenemos reconfortantes recuerdos alrededor de la comida.  Logramos realizar una asociación entre alimentos y emociones.

Ante el estrés, nada es tan reconfortante como tu comida favorita. Debido a que muchas personas no llegan a desarrollar estrategias más efectivas, este forma de comer es muy común: Comer para celebrar, comer para sentirse mejor, comer incluso para lidiar con el estrés de tener sobrepeso.

Con la comida calmamos emociones desagradables, la comida se convierte en el foco de la ira, el resentimiento, el miedo, la ansiedad, y una multitud de otras emociones que preferimos no sentir.

Es importante ser consciente de porque comemos de este modo, tan poco recomendable, estar atento a los factores desencadenantes. Sobre todo, aprender técnicas de afrontamiento y manejo del estrés eficaces. De este modo nos controlaremos y el cuerpo se mantendrá saludable.