EMOCIONES Y SALUD

Es conocido por todos que el desarrollo de la enfermedad depende de lo que comemos y de nuestras emociones, es decir del modo de afrontar los conflictos y de relacionarnos con nosotros mismos y con nuestro entorno. Se ha demostrado que los conflictos no resueltos y el estrés contribuyen  a la aparición de la enfermedad, incluso a que el cáncer se desarrolle más deprisa. El médico griego Galeno mantenía que las personas deprimidas eran más propensas a desarrollar una enfermedad física.

Hay personas con unos características o perfiles de personalidad que son más proclives a generar estrés, conflictos personales y por tanto a mermar su sistema inmunológico, que por consiguiente incidirá en la aparición de la enfermedad. Personas que no suelen pedir ayuda a los demás, que suelen hacerlo todo por sí mismos, que temiendo al rechazo no saben decir NO y buscan constantemente el amor y aprobación de los demás, relegando sus necesidades, gustos, preferencias e intereses al de los otros. Que procuran  agradar y estar disponibles para todos para no perder su afecto y amor.

Todos pasamos por situaciones que nos causan estrés, y cada uno las afrontamos de forma distinta. Cuando estamos sometidos a estrés crónico, se liberan hormonas como el cortisol y adrenalina, que estimulan la liberación de sustancias inflamatorias al sistema nervioso simpático bloqueando a las NK, favoreciendo la enfermedad.

La psiconeuroinmunologia es la ciencia que relaciona el estrés crónico con la actividad del sistema inmune. En realidad no es el estrés el que nos hace enfermar, sino el no tener las herramientas para afrontar el estrés.  El sentirse abatido  por no saber o poder hacer nada por cambiar una situación, si aprendemos a  afrontar esas situaciones de conflicto, gestionaremos de una forma favorable el estrés y la enfermedad y estimularemos el sistema inmune.

El estrés es inevitable, aunque podemos aprender a manejarlo. Sobre este aspecto, hay bastante información, a pesar de resaltar aspectos que no se suelen tener en cuenta como la importancia de la alimentación, que mantenga en buen nivel al sistema inmunológico, como los suplementos de omega 3, fruta, verduras, frutos secos, el ejercicio físico, el descanso y dormir las horas suficientes, Liberarse de los rencores, de las preocupaciones dando la justa importancia a las cosas, Dar más sin la pretensión de recibir,  disfrutar de la naturaleza y de cada momento que aporte la vida, reír, aprender a escucharse y confiar en si mismo, aprender a decir No, meditar y relajarse, disfrutar de la familia y amigos, procurar mantener una actitud positiva…Abandonar los hábitos insanos como fumar, beber alcohol, pocas horas de sueño, poco ejercicio, sobrepeso, comida rápida, querer realizarlo todo por no delegar o no pedir ayuda, no saber decir No…

En definitiva, como nos ayuda a favorecer la salud y a mantener alejada a la enfermedad,  una actitud  positiva y realista ante los conflictos que aparecen en la vida.