‘El miedo a la recaída no desaparece en los pacientes con cáncer’
Pacientes y familiares son conscientes del riesgo de que el cáncer reaparezca, temor que se acentúa cuando se acercan los reconocimientos
Familias marcadas por la enfermedad. ¿Cómo hacer frente a las revisiones?
El miedo a que al cáncer reaparezca no se va nunca pero se puede aprendes a vivir con él. Lo importante es no condicionar tu día a día Ese temor se hace más evidente los días previos a una revisión.
El diagnostico de un cáncer es siempre una sorpresa. Sin embargo, cuando se ha pasado se sabe que la amenaza es real. Los procesos de recuperación son muy largos, se suele hablar de cinco años libres de enfermedad para poder hablar de curación, y tampoco ese tiempo garantiza la absoluta curación. Pero esto no ha de paralizar a la persona.
Los pacientes de cáncer y sus familiares son conscientes de esta realidad, estando siempre presente, aunque no hay que culpabilizarse por esta emoción. Es humano y natural, forma parte de la vida. Se puede ser feliz teniendo esas emociones y llevar una vida totalmente normal, todo depende de cuánto caso se le haga a ese temor. Afirman los especialistas en psicooncología.
El miedo excesivo puede interferir en el día a día por lo que en este caso es necesario buscar ayuda profesional por psicólog@ colegiad@ para trabajar con la gestión de las emociones, el control de pensamientos y la ansiedad. Sin embargo, el temor no excesivo, hará darse cuenta de los posibles síntomas que, podrían estar indicando que hay una recaída, y la conveniencia de acudir al médico, puesto que la detección precoz es fundamental en la curación de un tumor
Acudir a las revisiones es fundamental. Tanto como seguir los protocolos.
La mayor o menor gravedad de una recidiva dependerá de un sinfín de factores, como el grado del tumor, si hay o no hay metástasis, etc. La información por parte del médico es muy importante, evitar comparaciones puesto que cada paciente tiene una evolución diferente.
Si existe una recaída es importante informarse de forma correcta, trabajar con los síntomas del día a día (pensar sólo en el presente) y, sobre todo, no hacer anticipaciones de lo que pueda o no ocurrir.
La labor del especialista en estos casos es, de nuevo, fundamental, sobre todo en el manejo de la información y las explicaciones que el paciente requiera. El oncólogo tiene que adaptarse a sus deseos: si quiere recibir más o menos explicaciones. El tema de las recidivas tampoco es fácil para ellos.
Según De la Fuente recuerda los datos de una encuesta presentada en la Conferencia Europea sobre Cáncer (ECCO) y realizada entre 462 médicos de Europa y EEUU. Según estos datos, el 41,8% consideraba que informar de una recidiva es la peor parte de su trabajo; el 72% decía que comunicar un cáncer de mama precoz es más fácil que informar de una recidiva y el 62% indicó que la mejor parte de su trabajo es comunicar a la paciente que sigue limpia.
El malestar emocional de los familiares puede ser incluso superior al del paciente porque ellos no son una figura neutral que sólo observan, sino que el camino lo recorren juntos, de la mano y en paralelo. Es posible que, ante una recaída, los familiares no sepan cómo actuar. Por ello, se recomienda seguir estas pautas:
-No hacer comparaciones con el proceso anterior y si se hacen, que sea en positivo;
-No dar sermones de ánimo;
– No bloquear el llanto y dejarle hablar siempre que quiera.
– Ser flexibles y pacientes;
– Mejor preguntar en vez de interpretar.
Fuente: Periódico El Mundo
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