5 MITOS SOBRE L@S PSICÓLOG@S

Os presentamos una serie de mitos que se tienen sobre los psicólogos 🙂 Mito 1: L@s psicólog@s conocen cómo funciona la mente de alguien desde la primera vez que hablan con él/ella.

El psicólog@ no adivina el pensamiento. Es un profesional cualificado para evaluar, diagnosticar e intervenir sobre la situación específica de las personas a través de la comunicación directa, utilizando para ello, instrumentos objetivos.

Mito 2: L@s psicólog@s realizan muchas preguntas para ver si el paciente ha actuado bien o mal en su vida.

El psicólog@ no juzga al paciente, la realización de numerosas preguntas tiene como finalidad la recopilación de datos (tanto del presente como del pasado) necesarios para realizar un buen diagnóstico.

Mito 3: L@s psicólog@s son para loc@s.

Para acudir a terapia es necesario inteligencia y valentía para darse cuenta de la necesidad de ayuda. Quienes acuden al psicólogo normalmente se encuentran con una dificultad a nivel individual, familiar, social o laboral que les está interfiriendo en su vida cotidiana, lo cual no tiene nada que ver con padecer una pérdida de la realidad.

Mito 4: L@s psicólog@s van a arreglarle la vida.

El psicólog@ no aportará una receta conductual al paciente, sino que a lo largo de las sesiones, le ayudará a aclarar dónde está la causa de su dolor y a ir esclareciendo por sí mismo el camino a seguir. Aportará herramientas cognitivas y conductuales que ayuden al paciente a ser dueño de su vida, no pasos concretos que le lleven a depender del terapeuta.

Mito 5: El psicólogo tiene la misma función que el psiquiatra.

El psiquiatra es un profesional de la medicina cuya función es evaluar los síntomas del paciente y ver si necesita tratamiento farmacológico o no para su mejoría. El psicólog@ trabaja sobre los recursos emocionales de las personas con el fin de que aprendan estrategias adecuadas para la resolución de sus dificultades. La idea de «Ya me arreglo con la medicación, no me hace falta ir al psicólogo» es equivocada pues la medicación alivia la sintomatología de la persona, pero no sirve para modificar conductas, pensamientos y sentimientos que le están provocando el malestar.